La distinción entre gentiles e Israel en Rm

Cuando Sn. Pablo habla que todo Israel se salvará (Rm11, 26) implica la reunión de todo Israel, las doce tribus. Lo que late es la teología de la restauración, en primer lugar las tribus de israel, luego los gentiles. Y es que Dios es el autor de todas las naciones (Sal 85,9), del modo como Abraham es su padre (Gn 17, 5; Rm 4,16). Las naciones no se confundiría con Israel, sino que se reunirían con el pueblo de Dios, Israel (Rm 15 10; Dt 32, 43): Pueblos extranjeros, alégrense junto con su pueblo. Cuando se reúnan lo harán en Jerusalén, específicamente, en el templo (Is 19,24; Ez 5,5; Rm 11,26). Para Pablo, los gentiles se han bautizado en Cristo a través de su muerte y resurrección, inaugurando una hermandad en el Espíritu. Ellos han llegado a ser hermanos por adopción, distinguiéndose de los judíos quienes son el pueblo de acuerdo a la carne (kata sarka), esto la circuncisión. La unión entre gentiles y judíos se realiza de acuerdo al espíritu (kata pneuma), a través del espíritu de Cristo o de Dios. Por lo tanto, Pablo reserva la distinción kata pneuma y kata sarka. Ambos adorarán a Dios, como una familia, pero permaneciendo diferentes: gentiles y judíos. Ambos, a través del espíritu, podrán llamar a Dios Abba (Gal 4,6; Rm 8,15). El Israel escatológico permanecerá distinto a los gentiles. Pueblos extranjeros, alégrense junto con su pueblo. 15,11: Y de nuevo: Alaben al Señor todas las gentes, que todos los pueblos lo glorifiquen. 15,12: Isaías, por su parte, dice: Aparecerá el brote de Jesé, se levantará a gobernar las naciones: y todos los pueblos pondrán en él su esperanza (Rm 15, 10-12). P. Fredriksen, "The Question of Worship: Gods, Pagans, and the Redemption of Israel", p.197-198. Parece que Pablo, el fariseo, adhiere a visiones escatológicas como las de Zac 2,15-16: 2,15: Aquel día se incorporarán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío; habitaré en medio de ti, y sabrás que el Señor Todopoderoso me ha enviado a ti. 2,16: El Señor tomará a Judá como herencia suya en la tierra santa y volverá a elegir a Jerusalén. Is 56,6-8:  56,6: A los extranjeros que se hayan unido al Señor, para servirlo, para amar al Señor y ser sus servidores, que guarden el sábado sin profanarlo y perseveren en mi alianza, 56,7: los traeré a mi Monte Santo, los alegraré en mi casa de oración; aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y a mi casa la llamarán todos los pueblos Casa de Oración. 56,8: Oráculo del Señor, que reúne a los dispersos de Israel, y reunirá otros a los ya reunidos. (Y otros: Is 2,3ss; Mic 4,2; Ez 6,21). En estos ejemplos, vemos que las naciones no se perciben como parte de Israel, sino que adoran a Dios como gentiles porque el templo es ahora casa de oración para todas las naciones (Is 56,7). Y es que ser judío tiene una clara ventaja, fueron confiados con los oráculos de Dios (Rm 3,2); a ellos pertenecen la adopción, las alianzas, el don de la Ley, la adoración y las promesas (Rm 9,4); han sido llamados a la existencia a través de la Alianza y los regalos y el llamado de Dios son irrevocables (Rm 11,19). 

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